miércoles, 27 de noviembre de 2013

Que me abraces; y punto.

Yo siempre he sido más de puntos medios. Quiero decir, por ejemplo, me gusta más el otoño o la primavera que el verano o el invierno. Aunque el invierno y yo no nos llevemos demasiado bien, he de reconocer que no hay mejores abrazos que los que se dan varios grados bajo cero. Ya sabéis "qué frío hace..", indirecta muy directa machote, ¡abrázala! Que aunque haga un frío que congela hasta el fuego y salga a la calle encebollada con todas las capas de ropa que me permitan una movilidad mínima perdiendo incluso la forma humana, un abrazo nunca viene mal. Es que no existe persona que me guste más en el mundo que una persona abrazable. No sé si me explico. Vamos, que a mí con un abrazo me tenéis ganada. Es decir tanto con tan poco, lo dice todo. El invierno es una estación muy dura pero no tanto si tienes a alguien a tu lado para darte calor. Porque esas personas son la suerte que te arropa del frío, ya lo dice la canción. Un invierno sin poder decirle a nadie el frío que hace para que a cambio te de un abrazo es algo que no debería existir. Igual que el "tengo frío" y que él te de su abrigo o su sudadera, son hechos que a las chicas nos hacen morir lenta y placenteramente de amor.

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