miércoles, 17 de abril de 2013

Contigo, no se me ocurre lugar mejor donde pueda estar.

Estás en cualquier lugar, con cualquier persona, piensas en él o hablas de él y una sonrisa de idiota aparece en tu cara. Te dicen que estás enamorada y tú lo niegas, pero tu corazón sabe que lo estás hasta las trancas. Es estar con él, mirarle y que un "me encantas" salga de tus labios como un estímulo que no ha sido procesado por tu cerebro siquiera. Le abrazas fuerte, fuerte, como diciéndole entre líneas que no quieres que te deje jamás. Antes de irte a dormir reproduces en tu mente pequeños fragmentos de todos los momentos que has vivido a su lado y sonríes, te vas a la cama pensando en él. Te da igual que no le veas una tarde, una hora, un día, una semana... le echas de menos y solo piensas en el momento de volverle a ver. Así las tardes sin verle se hacen largas y los momentos a su lado demasiado cortos. 

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