Y cuando menos te lo esperas aparece, y tú te ilusionas una vez más, es inevitable, vivimos constantemente de eso, de ilusiones, de sueños, de metas que alcanzar. Pero él no puede prometerte nada, por lo menos por ahora, aunque a ti te encantaría que te prometiese un futuro juntos. En realidad nunca has dejado de quererle, nunca has dejado de esperarle, nunca has perdido del todo la esperanza aunque hubo momentos en los que estuviste muy perdida. Le observabas desde la lejanía, te asegurabas de que estuviera bien, de que no estuviera solo, de que ante todo no sufriera aunque par conseguirlo tuvieras que sufrir tú. Es todo tan extraño, como puede volver así como si nada y aún sin prometerte nada prometértelo todo a la vez. Tú solo tienes una cosa clara, has estado siempre ahí para él y ahora no va a ser menos. Le has esperado muchísimo tiempo y le esperarás el tiempo que haga falta. Solo le quieres a tu lado, cueste lo que cueste, darías lo que fuera y lo sabes. Y él ahora lo sabe, y en silencio y desde lejos él tampoco sabe como acabará esto, pero él sabes que le quieres, que le esperarás y que estás dispuesta a todo. Y en realidad, eso es lo que cuenta. Quizás dentro de un tiempo le odies por volver e irse como si nada, pero la verdad, no tienes nada que perder, y muchísimo que ganar y, sin dudarlo ni un solo segundo, vas a luchar.
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