viernes, 19 de octubre de 2012

"No encontrarás a nadie que te trate como yo" JAJAJAJA

Te arrastras hasta que un día algo en tu mente cambia. Consigues abrir los ojos y te das cuenta de que ese camino no te lleva a ningún lugar. Tomas las riendas de tu vida y te das cuenta de que eso de ser feliz es psicológico, como eso de echar de menos y llorar por las noches. Se llama ser fuerte, se llama pegarse una torta monumental y aún así levantarte. Se llama sonreirle en la cara a aquellos que te jodieron y decirles "sí, soy yo, y sonrio, cabrón". Y entonces aunque él vuelva nada te hará cambiar de opinión porque has tomado el camino correcto. Lees ese "que tal" una y otra vez y sientes la necesidad de contestarle. Tus dedos se acercan a la pantalla del móvil, todas las tardes-noches a su lado aparecen en tu mente... pero paras, lo apagas y te tumbas en la cama. De repente tus ojos se empañan, no sabes en realidad por qué tienes ganas de llorar. No entiendes por qué ha vuelto a hablarte después de tanto tiempo pero lo que tienes claro es que no vas a volver a entrar en ese puto bucle sin sentido. Ese de me hablas, contesto, tardas, me tiro de los pelos, me ilusionas, me prometes, sufro y me dejas de hablar. Estoy harta ya, de dar todo y no recibir nada, de no tener nada que perder y aún así acabar perdiendo. Ni tú eras aquel al que yo quería ni yo quiero ya nada de ti. No me trates como una puta solo porque el mundo esté lleno de ellas. No voy a existir solo cuando me necesitas, no, nunca más.

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