miércoles, 27 de marzo de 2013

Mi uno entre 7000 millones.

El mundo está hecho de piedra y el corazón de muchas personas es de metal. Sin embargo, mientras exista una entre los 7000 millones que habitan este planeta que te quiera merece la pena vivir en este mundo de mierda. Muchos dicen que el amor no es para tanto, que es una invención de Hollywood, que el amor de la vida real no es como lo pintan las películas. Esas personas no conocen del todo al amor. Yo un día no hace mucho tiempo me dije a mí misma que no quería conocerlo. Me preguntaba como había personas en el mundo que eran capaces de hacerte daño aún siendo perfectamente conscientes de que te lo estaban haciendo. Me preguntaba como podía existir tanta crueldad en el mundo. Entonces me dí cuenta que aquello que yo había considerado amor no había sido de película, ni siquiera había sido amor, había sido una especie de juego. Me dije "oye, tal vez ese amor perfecto no existe, tal vez es verdad que amar es sufrir, ¿pero así?". Entonces llegó él con esa sonrisa que hipnotiza, no me prometió nada, no me regaló nada... pero al instante lo supe, era él. Yo, esa chica enfadada con el mundo que odiaba a todo tío viviente, estaba enamorada. Prometío devolverme todas las lágrimas que algún cabrón me había robado en sonrisas y me hizo reirme de cosas de las que jamás pensé que me reiría.

El mundo está en crisis y él y yo nos enamoramos. Qué locura, ¿no?

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