sábado, 30 de marzo de 2013

Lluvía, recuerdos.

Acaba de empezar la primavera, y llueve. Ella está sentada junto a la ventana observando como se deslizan las gotas por el empañado cristal. Sabe que debería estar haciendo una de las mil millones de cosas que había pensado hacer esa tarde. Es más entretenido ver caer las gotas de lluvia. Además ni aunque estuviera frente una pared blanca y no se oyera ningún sonido sería capaz de concentrarse. De repente cierra los ojos, recuerda el momento en que lo conoció, ese momento en el que les presentaron. A ella le pareció mono pero jamás pensó que tres meses después le conocería tan bien y que llegaría a ser tan importante. Es más, en ese momento, ella se había prometido odiar a todo hombre existente por culpa de aquel individuo que le rompió en mil pedazos. Él y solo él pudieron hacer pedazos esa absurda promesa. Un escalofrío recorre todo su cuerpo. Ella está aterrada. Piensa en todas las personas que han sido importantes para ella a lo largo de su vida. ¿Cuántas quedan? ¿Una, dos...? Pocas, muy pocas, sobran dedos en una mano para contarlas. Ha sufrido demasiadas decepciones, ha deseado demasiadas veces ser insensible. Nunca entendió que había hecho ella para que el mundo le correspondiera así. Fue motivo de burlas, fue dejada de lado, fue olvidada, fue utilizada, fue pisoteada, fue humillada.... Él, él es diferente y... Él... Él se ha vuelto importante. Miedo, terror, pánico. En el momento en que una persona ha empezado a ser importante, se ha ido. Ella no quiere que él se vaya. No sabe cómo ni por qué pero al igual que el día ella está llorando. La vida no ley ha tratado bien. Ahora todo parece ir sobre ruedas. Qué narices. Es feliz, ha conseguido cerrar antiguas heridas y ya no duelen. Bueno, ella no, él. Le ha hecho reirse de cosas por las que un día lloró tanto que podría haber inundado su casa. Recuerda aquella vez tirada en el suelo de su habitación hecha un ovillo llorando a moco tendido y con un vacío inmenso en el corazón. Ella ya quiso y no hace mucho tiempo. Ella le quería sin condición y sin pedir absolutamente nada a cambio. Él a ella también le dijo que la quería, era todo mentira. Él quería a otras, besaba a otras y, ella tan tonta que no tenía ojos para nadie más. Abre los ojos. Aquel individuo forma parte del pasado, de un pasado que se ha propuesto emborronar con un presente y un futuro brillantes. A su lado. Él es el chico al que más ha querido en su vida y lo ha conseguido en muy poco tiempo. Es inteligente, guapo, una bellísa persona... Todo lo que ha soñado. Ella no está a su altura. ¿Y si encuentra a una más guapa, más inteligente, más alta? Se encoge, deja de pensar tonterías, él te quiere. Bueno, en realidad no se lo ha dicho aún, pero se lo ha demostrado. Vale millones de veces más un te quiero demostrado que dicho con la boca llena de mentiras. Él, tan jodidamente perfecto. Mira por la ventana, odia los días lluviosos. Son grises, grises como los recuerdos. Hacen reflexionar, traen a la mente malos pensamientos. Suena su móvil, es él pero cuelga. Lee los últimos mensajes:
"Hola preciosa, ¿qué tal ha ido tu tarde? Te he echado de menos"
2 horas después...
"¿Estás bien? Quiero oir tu voz..."
Llamada perdida.
Solo él sería capaz de darse cuenta de que ella no está bien sin ni siquiera mediar palabra. Ha logrado tanto en tan poco tiempo. El futuro es incierto para todos. Él puede quedarse para siempre al igual que se puede marchar. Pero ella tiene que dejar de sufrir por ello y aprovechar cafa momento junto a él. Nunca sabes cual va a ser el último beso.

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