Ponerte delante de una hoja y no poder leer dos frases seguidas sin echarte a llorar. Tener el pulso a mil por hora, un nudo en la garganta y ganas de vomitar. La verdad, empiezo a dudar de todo otra vez, pero esta vez no me lo puedo permitir. Quiero parar, concentrarme.. Pero no puedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario