Me cansé de escribir cartas que nunca enviaba solo para sacar fuera todo lo que dentro quemaba, todo lo que sentía. Más de una vez estuve a punto de escribir el remite en la carta y mandártela deseando que me entendieras y volvieras a mi lado. Pero tú eras tan tú y me evitabas tan bien que llegué a pensar que ya no me necesitabas, incluso que me odiabas y que todo lo que podía hacer yo era tragarme mis sentimientos o guardarlos en cartas arrugadas que algún día releería para acordarme de ti y de lo que sentía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario